martes, 16 de agosto de 2016

Historia Para el Pueblo (2 de 2) publicado en acento.com



Las naciones, a través del tiempo sufren transformaciones, cambian los hechos, aparecen otros factores incidentes que antes no existían, pero la esencia de los conflictos históricos de la historia son repetitivos, como también lo es, el perfil de actuación de los más poderosos. De ahí la importancia de saber sobre los hechos del pasado para que nuestra respuesta sea la conveniente luego de hacer las comparaciones con el presente. Ahí está lo esencial de este conocimiento, es mirar nuestro propio reflejo como nación, entendiendo las causas y los efectos de las acciones del pasado y aprender de los errores cometidos por nuestros antepasados.

En el caso actual de la República Dominicana (no queremos darlo por sentado), pero es nuestra impresión, que poco a poco se trata de ir creando contradicción y falta de claridad en los hechos históricos que desde hace cientos de años se nos enseñaron, pero que ahora podemos advertir que no se ensalzan y glorifican nuestras epopeyas y fechas patrias, pues cada día son más deslucidas sus conmemoraciones. Es una manera de que el pueblo vaya olvidando aquellas heroicidades de las que por tanto tiempo nos hemos sentido orgullosos. A las nuevas generaciones, lo poco que les llega a su conocimiento, es envuelto en una humareda de desinformación.


Las presiones que como Estado viene soportando la República Dominicana, ha hecho ceder al gobierno a permitir una frontera abierta y sin ningún tipo de control del paso de los nacionales haitianos a nuestro territorio. Y lo peor de todo es que sobre este particular no aparece un solo funcionario que explique realmente a qué se le teme, cual es el peligro que corre nuestro país si ejercemos nuestro derecho soberano de cuidar nuestra frontera y de normar y regular el otorgamiento de nacionalidad a extranjeros.

Aquí es importante que tengamos presente nuestra historia, de manera principal en lo concerniente a las relaciones con el vecino del Oeste. Sin embargo, no hay ningún funcionario, a ningún nivel que se refiera a los hechos históricos. Se advierte un gran temor de parte de estos a referirse a temas patrióticos. Y usted se pregunta: ¿A qué acuerdos se han llegado para no ejercer nuestros derechos soberanos?

Si busca usted los diarios y periódicos de cuando faltaban 2 o 3 meses para el torneo electoral pasado, verá informaciones como aquella en que el Embajador de los Estados Unidos afirmaba que existían unas 800mil personas excluidas del padrón de electores, pero de buenas a primeras, al parecer se resolvió tal problema, pues el embajador no volvió a referirse al tema; o puede ver también como de buenas a primera se destapan organismos internacionales como el FMI entre otros, y anuncia con bombos y platillos de manera reiterada que la República Dominicana ha cumplido con su deuda con este organismo.

Y los Estados Unidos anuncian que sacan a nuestro país de la “lista negra” de su informe anual de transparencia fiscal. Y seguirán llegando los informes de buen desempeño, y el embajador seguirá sin ejercer presiones. Todo a pedir de bocas para la República Dominicana, sólo que los resultados de este “favorable desempeño” tiene mucho que ver con la entrega de nuestra soberanía en términos que coliden con nuestros derechos como Estado libre, independiente y soberano, con derecho a establecer nuestra política migratoria, principalmente en lo concerniente a nuestro vecino país, Haití.

Gracias a Dios el Tribunal Constitucional se ha erigido en el principal defensor de nuestra independencia y soberanía. Para esta afirmación sólo tenemos que aludir como ejemplo a la Sentencia 315-15, que declaró no conforme con la Constitución de la República Dominicana el “Acuerdo sobre Estatus del Personal de los Estados Unidos en la República Dominicana”.  Este acuerdo había sido firmado entre los Gobiernos de Los Estados Unidos de América y República Dominicana, el 20 de enero del año 2015. Mediante el mismo se le daba al personal de los Estados Unidos destacados en cualquier misión en este país, total inmunidad en sus actuaciones, así como el derecho de portar armas, al igual que  entrada y salida al país, con la única documentación del Departamento de Defensa de los Estados Unidos.


Son actuaciones nunca antes llevadas a cabo por ningún gobierno de la República Dominicana. Para esto también sirve la historia, para que estos acontecimientos de la actualidad, en los que el Gobierno Dominicano ha convenido en pactar actuaciones foráneas violando nuestra Constitución, nuestra independencia y soberanía; queden en la conciencia del pueblo.

lunes, 1 de agosto de 2016

Historia Para el Pueblo (1) (publicado en acento.com.do




“La historia es la interpretación de la importancia
que el pasado tiene para nosotros”
Johan Huizinga


Al hacernos la pregunta de para qué sirve la historia, encontraremos respuestas como las siguientes:
  • ·  Para enterarnos y comprender el trayecto que como especie, nación, o  sociedad hemos transitado, ya sea salvando vicisitudes o logrando  conquistas, hasta llegar a la actualidad (de donde venimos).
  • ·   Para saber a donde nos dirigimos (nuestro destino).
  • ·   Para entender lo que nos pasa en el presente como resultado del pasado.
  • ·   Para conocernos a través del dominio de los hechos que han dado forma a nuestra cultura.
  • ·   Para enmendar los errores cometidos en el pasado.


En términos de nación el pasado no muere, es herramienta que nos ayuda a sobrevivir como especie, como nación, como sociedad. Por eso nuestra historia debe ser del conocimiento de todos los connacionales. Pero sucede que en los últimos años hablar de nuestra historia no es muy socorrido en los estamentos oficiales de carácter educativo y cultural.

Los problemas de la República Dominicana ocasionados por la interminable, persistente y taimada actitud haitiana de cada día más estimular a la mayor cantidad de nacionales de esa nación, a traspasar la descuidada frontera con nuestro país viene desde hace casi 2 siglos, y lejos de tener una solución, se han incrementado en los últimos 8 años hasta un punto que, con los que ya están de este lado (es duro tener que decirlo), habrán de ser extremadamente arduos los esfuerzos diplomáticos para conseguir una vuelta atrás.

En una entrada de nuestro blog Las 5 “D”, nos referíamos en el sentido de que si tenemos claro los hechos de nuestra historia, analizándolos, podremos comprender las situaciones vividas por el país, lo que nos servirá de base en nuestra preparación para enfrentar coyunturas de igual naturaleza. Es así que entendemos que existen una gran cantidad de hechos históricos de nuestra vida como nación libre que nunca debemos olvidar y otros que debemos siempre recordar, los que ya habíamos enumerado antes, pero lo traemos a este artículo para que hagan mella en nuestra conciencia patriótica:

Por ejemplo, los dominicanos no debemos nunca olvidar nuestras épocas desgraciadas, ni nuestras glorias patrióticas. No debemos nunca olvidar la Invasión haitiana de que fuimos objeto en 1805, con el propósito de hacer la isla “una e indivisible”; las atrocidades cometidas por las tropas invasoras en su avance hacia Saint Domingue, en Las Matas, San Juan de la Maguana y Azua; la política de “Tierra Arrasada” puesta en práctica por invasores haitianos en su retirada hacia Haití; los degüellos de Moca y de Santiago, y los incendios de otras ciudades y hatos.
Los dominicanos no debemos nunca olvidar la invasión haitiana de Jean Pierre Boyer en 1922, al mando de un ejército de 12,000 hombres, que subyugó por 22 largos años al Pueblo Dominicano; la prohibición del gobierno de Boyer, a todos los dominicanos de dedicarse al intercambio comercial, permitiéndosele sólo a los extranjeros y ciudadanos haitianos; la prohibición del uso del español en los actos y documentos oficiales; el cierre de la universidad nacional; y el reclutamiento militar en el ejército haitiano de todos los jóvenes. Los dominicanos no debemos nunca olvidar las confiscaciones de terrenos y bienes a los propietarios dominicanos y a la Iglesia Católica.

En cambio, los dominicanos debemos siempre recordar la heroica defensa de nuestro territorio, llevada a cabo por las tropas comandadas por el Capitán Fernando Tavera en La Fuente del Rodeo; la derrota infligida por dos batallones, uno capitaleño y otro banilejo comandados por Manuel Mora y Manuel de Regla Mota respectivamente, a la vanguardia del General Souffrant en Las Hicoteas el 18 de Marzo de 1844; la derrota infligida por  nuestras tropas a los haitianos en la Batalla del 19 De Marzo en Azua.

Los dominicanos debemos siempre recordar las actuaciones heroicas de nuestras tropas en El Memiso, las cuales hicieron retroceder de nuevo a Azua a las tropas haitianas; la Batalla naval de Tortuguero, el 15 de abril de 1844 en la que las naves dominicanos hicieron batirse en retirada un bergantín y una goleta haitianas; la Batalla del 30 de Marzo en Santiago, donde las tropas de José María Imbert ayudadas por Los Andulleros de Fernando Valerio obtuvieron una contundente victoria frente a las tropas haitianas comandadas por el General Pierrot.

El Gobierno, de una vez por todas debe dejar esta actitud complaciente con aquellos que buscan hacer desaparecer los vestigios de nuestra gloriosa historia patria, y hacer los esfuerzos que sean necesarios para que los dominicanos recordemos siempre el sacrificio de Duarte, Sánchez, Mella y Luperón; así como el de todos aquellos héroes que a través de la historia han defendido nuestra independencia y soberanía.