jueves, 18 de septiembre de 2014

APATRIDIA



Según la Enciclopedia Jurídica, el vocablo apatridia, es usado en el Derecho Internacional, como la cualidad atribuida a aquellas personas no unidas a ningún Estado por un vínculo de nacionalidad.
Siendo así, cuando nos referimos a apátrida, estamos hablando de aquella persona sin nacionalidad. Esta situación resulta generalmente de la pérdida de la nacionalidad de origen, por ejemplo a causa de una caducidad, sin que se haya adquirido una nacionalidad nueva.
Sobre el particular, debemos decir que en el Convenio de Ginebra del 28 de julio de 1951, en lo relativo a la situación jurídica de los refugiados, y por el Convenio sobre la situación de las personas apátridas del 28 de septiembre de 1954, auspiciaba la Organización para las Naciones Unidas (ONU); se regula el trato y el status que debe concederse a los apátridas en el territorio de los Estados signatarios de tales convenios, así como los documentos que se les deben facilitar par desplazarse por el interior de dichos Estados o viajar al exterior de ellos.
Después de la Segunda Guerra Mundial se incluyó el Derecho a la Nacionalidad en la Declaración Universal de los Derechos Humanos con el Artículo 15 de la misma. En un trabajo escrito por Indira Goris, Julia Harrington y Sebastian Kohn se expresa que: “Esto respondía en aquel instante, a la necesidad de respuesta a algunas de las atrocidades que se cometieron durante la guerra, entre las que se cuentan las desnacionalizaciones masivas y los desplazamientos de población, en los que cientos de miles de judíos que sobrevivieron al genocidio perpetrado por los nazis dejaron su patria, millones de alemanes fueron expulsados de los países de Europa del Este y millones de polacos, ucranianos, bielorrusos y otras poblaciones minoritarias de la Unión Soviética fueron expulsadas a la fuerza o tuvieron que huir por motivos de seguridad”.
En el caso de la República Dominicana y la gran carga que pesa sobre sus espaldas con el vecino del Oeste, se ha querido asimilar el hecho de que muchos de los nacionales de aquel país, pasan por la frontera a radicarse en el nuestro, bajo la dirección de las cabezas que dirigen la inmigración descontrolada y sus cómplices dominicanos; con aquella situación en la que no se les deniega formalmente la nacionalidad, ni se les despoja de ella, pero se les niega el acceso a muchos derechos humanos que disfrutan otros ciudadanos, en el entendido de que estas personas pudieran ser apátridas de hecho aunque no según la ley; o que no pueden esperar que el Estado del que son ciudadanos les brinde protección.
Este es el plan. Que sigan entrando, para inmediatamente estén de este lado, empezar el proceso de nacionalización, muchos de ellos, así como las denuncias y acusaciones contra el país de parte de los organismos internacionales, la mayor parte de la Comunidad Internacional, y las innumerables ONGs pagadas, que tienen el denodado propósito de crear en esta isla, un sólo país. En esto, obvian las diferencias existentes entre ambas naciones, que no tienen que ver nada con racismo de parte de la República Dominicana, sino que no podemos olvidar que aquel es la Nación de la cual nos independizamos, nos liberamos, y nos defendimos, todas las veces que nos invadieron. 
Por eso hoy más que nunca, hacemos uso de aquella frase que dice:
“Los pueblos que olvidan su historia, están condenados a repetirla”

 

sábado, 24 de mayo de 2014

!!NO A LA FUSION!!



Las pretensiones del país del Oeste van mucho más lejos de lo conseguido hasta ahora. Pero si hay algo que no debemos obviar es que los poderosos de la Comunidad Internacional, lo han decretado así. Los designios del Nuevo Orden Mundial y de los procesos de globalización prevén ir llevando gradualmente a la desaparición de los Estados-Nación y con ello, todo rasgo de soberanía estatal. Los haitianos saldrán grandemente favorecidos de estos procesos de integración que se vive en la actualidad, y que son impuestos y conducidos por las mayores potencias mundiales, las cuales no toman en cuenta la historia de estos países, las diferencias de cultura, y los antagonismos de todo tipo, que históricamente, en el caso dominico-haitiano, nos han colocado en aceras opuestas. La República Dominicana, ha sido el país más hospitalario y solidario con el malagradecido vecino, dejando a un lado, el largo historial de ofensas, invasiones, e iniciativas diplomáticas que contra nuestro país ha emprendido el malhadado. Lo peor de todo es el daño infligido en el plano internacional, mediante una campaña de falacias en las que han tenido participación destacada, un grupo de malos dominicanos, mercenarios de la opinión pública y de los intereses económicos extranjeros en contra de su propio país. Pero en la conciencia de los ciudadanos del mundo, más temprano que tarde, habrá luz que esclarecerá la verdad de los hechos. No debemos claudicar, debemos mantener en alto el firme propósito del legado de nuestro Patricio Juan Pablo Duarte, quien dijo: "Entre haitianos y dominicanos no es posible una Fusión"

miércoles, 7 de mayo de 2014

ACROSTICO A MI PATRIA

Publico este Acróstico a mi Patria, a la consideración de todos nuestros queridos lectores.



martes, 6 de mayo de 2014

DISPOSICIONES CONSTITUCIONALES SOBRE LA SEGURIDAD EN SUS DISTINTAS DIMENSIONES (Primera parte)



En otras entradas, hemos hecho algunas conceptualizaciones sobre la seguridad y las distintas dimensiones de la misma. En esta ocasión, abordaremos algunos preceptos que contiene la Constitución de la República Dominicana promulgada el 26 de enero del año 2010, sobre los distintos ámbitos en que actúa la seguridad. Por ejemplo, un ámbito de seguridad que trata la Constitución, es el concerniente a la protección  de los derechos que son inherentes a las personas, ya sean estos de carácter social, económicos, políticos, jurídicos, culturales, etc .

El texto sustantivo otorga principalía al Estado en cuanto a la responsabilidad ante la Nación en materia de seguridad. En este sentido se refiere el Artículo 8 cuando reza:

Es función esencial del Estado, la protección efectiva de los derechos de la persona, el respeto de su dignidad y la obtención de los medios que le permitan perfeccionarse de forma igualitaria, equitativa y progresiva, dentro de un marco de libertad individual y de justicia social, compatibles con el orden público, el bienestar general y los derechos de todos y todas.

Si seguimos analizando la Constitución en los aspectos sobre la seguridad, nos encontramos con el Artículo 10, el cual se refiere a declarar de supremo y permanente interés nacional la seguridad, el desarrollo económico, social y turístico de la zona fronteriza, su integración vial, comunicacional y productiva, así como la difusión de los valores patrios y culturales del pueblo dominicano….

Esto nos hace intuir, que nuestra Carta Magna ha considerado aquellas dimensiones de la seguridad a las que nos hemos referido en otras entradas de este blog. Esto quiere decir que el legislador no obvió el concepto amplio de la seguridad, el cual abarca a la Defensa Nacional, al Desarrollo socioeconómico, institucional y cultural.
Y es que la Seguridad no es un fin en sí misma, sino que es un medio para conseguir un fin: El Bien Común.

De igual manera podemos ver como en el Artículo 15 se dispone sobre la Seguridad Ambiental y los Recursos Naturales de la siguiente manera:

Las cuencas altas de los ríos y las zonas de biodiversidad endémica, nativa y migratoria, son objeto de protección especial por parte de los poderes públicos para garantizar su gestión y preservación como bienes fundamentales de la Nación. Los ríos, lagos, lagunas, playas y costas nacionales pertenecen al dominio público y son de libre acceso, observándose siempre el respeto al derecho de propiedad privada. La ley regulará las condiciones, formas y servidumbres en que los particulares accederán al disfrute o gestión de dichas áreas

También, encontramos que el texto constitucional contiene una serie de disposiciones que representan medidas de seguridad en las diferentes dimensiones.

Ahora veamos la consagración que hace nuestra constitución vigente en lo concerniente a la Seguridad y Defensa de la República Dominicana. Tal normativa la podemos encontrar en los Títulos XII y XIII. El primero contiene tres capítulos en el siguiente orden:

·      Capítulo I.- De Las Fuerzas Armadas
·      Capítulo II.- De La Policía Nacional
·      Capítulo III.- De la Seguridad y Defensa

El tema de la Seguridad y Defensa de la Nación es abordado estatuyendo sobre la misión y carácter de las Fuerzas Armadas, por lo que en el Artículo 252 se establece que la Defensa de la Nación está a cargo de las Fuerzas Armadas. Las misiones que le encomienda son las siguientes:

1.    Defender la Independencia y soberanía de la Nación, la integridad de sus espacios       geográficos, la Constitución y las instituciones de la República;
2.    Podrán asimismo intervenir, cuando lo disponga el Presidente de la República en programas destinados a promover el desarrollo social y económico del país, mitigar situaciones de desastres y calamidad pública, concurrir en auxilio de la Policía Nacional para mantener o restablecer el orden público en casos excepcionales;
3.    Son esencialmente obedientes al poder civil, apartidistas y no tienen facultad, en ningún caso para deliberar.


En el párrafo de este artículo se establece que a las Fuerzas Armadas les corresponde la custodia, supervisión y control de todas las armas, municiones y demás pertrechos militares, material y equipos de guerra que ingresen al país o que sean producidos por la industria nacional, con las restricciones establecidas en la ley.

Como hemos podido notar, nuestra nueva constitución ha estatuido a la Policía Nacional, lo que es un hecho significativo en el entendido de que por primera vez la Constitución contempla a esta institución dentro de su articulado referente a la Seguridad y Defensa Nacional. A esta institución se le asigna la misión prioritaria de proteger la seguridad ciudadana, prevenir y perseguir los actos delictivos y mantener el orden público, para garantizar el libre ejercicio de los derechos fundamentales y la convivencia pacífica en el país.

En la segunda parte continuaremos con las disposiciones constitucionales sobre la Seguridad y Defensa Nacional.

Hasta entonces, queridos lectores

jueves, 24 de abril de 2014

!!LOS PUEBLOS QUE OLVIDAN SU HISTORIA ESTAN CONDENADOS A REPETIRLA!!

La frase que da título al presente escrito ha sido atribuida a través de los tiempos a distintos personajes que tuvieron en su momento gran nombradía. Algunos de ellos, es cierto que la expresaron alguna vez, y otros con el uso de la misma, hacían alusión a personajes tan trascendentes como Marco Tulio Cicerón el gran escritor, historiador, filósofo, orador y político romano que vivió antes de Cristo, quien al parecer, fue el primero en acuñarla.

La importancia de que toda la sociedad en los Estados-Naciones, tengan presente esto que refiere esta frase, estriba en que, es fundamental para toda la existencia de los mismos, en el entendido de que el desconocimiento de los acontecimientos acaecidos a través de los tiempos, en determinado país, Estado o nación, podría ocasionar la repetición de situaciones desastrosas para la permanencia de los valores que identifican a los pueblos. Incluso, los errores cometidos en tiempos pretéritos, son reconocidos si se estudia la historia, y de esta forma se evita volver a cometerlos. 

La formación de las sociedades de los pueblos, es producto de la historia y de los hechos que han acontecido en los diferentes lugares y épocas que ha vivido una Nación. Si tenemos claro el pasado, analizándolo, podremos comprender las situaciones vividas por el país, lo que nos servirá de base en nuestra preparación para enfrentar coyunturas de igual naturaleza. Las naciones, a través del tiempo sufren transformaciones, cambian los hechos, aparecen otros factores incidentes que antes no existían, pero la esencia de los conflictos históricos de la historia son repetitivos, como también lo es, el perfil de actuación de los más poderosos.

Por eso, los dominicanos no debemos NUNCA olvidar nuestras épocas desgraciadas, ni nuestras glorias patrióticas.
Los dominicanos no debemos NUNCA olvidar la Invasión haitiana de que fuimos objeto en 1805, con el propósito de hacer la isla UNA E INDIVISIBLE. 
Los dominicanos no debemos NUNCA olvidar las atrocidades cometidas por las tropas invasoras en su avance hacia Saint Domingue, en Las Matas, San Juan de la Maguana y Azua.
Los dominicanos no debemos NUNCA olvidar la política de “Tierra Arrasada” puesta en práctica por invasores haitianos en su retirada hacia Haití.
Los dominicanos no debemos NUNCA olvidar los degüellos de Moca y de Santiago, y los incendios de otras ciudades y hatos.
Los dominicanos no debemos NUNCA olvidar la invasión haitiana de Jean Pierre Boyer en 1922, al mando de un ejército de 12,000 hombres, que subyugó por 22 largos años al Pueblo Dominicano.
Los dominicanos no debemos NUNCA olvidar la prohibición del gobierno de Boyer, a todos los dominicanos de dedicarse al intercambio comercial, permitiéndosele sólo a los extranjeros y ciudadanos haitianos.
Los dominicanos no debemos NUNCA olvidar la prohibición del uso del español en los actos y documentos oficiales, el cierre de la universidad nacional y el reclutamiento militar en el ejército haitiano de todos los jóvenes.
Los dominicanos no debemos NUNCA olvidar las confiscaciones de terrenos y bienes a los propietarios dominicanos y a la Iglesia Católica.

En cambio, los dominicanos debemos SIEMPRE recordar la heroica defensa de nuestro territorio, llevada a cabo por las tropas comandadas por el Capitán Fernando Tavera en LA FUENTE DEL RODEO.
Los dominicanos debemos SIEMPRE recordar la derrota infligida a la vanguardia del General Souffrant por dos batallones, uno capitaleño y otro banilejo comandados por Manuel Mora y Manuel de Regla Mota respectivamente en LAS HICOTEAS el 18 de Marzo de 1844.
Los dominicanos debemos SIEMPRE recordar la derrota infligida por  nuestras tropas a los haitianos en la batalla del 19 DE MARZO en AZUA.
Los dominicanos debemos SIEMPRE recordar los actuaciones heroicas de nuestras tropas en EL MEMISO, las cuales hicieron retroceder de nuevo a Azua a las tropas haitianas.
Los dominicanos debemos SIEMPRE recordar la Batalla naval de TORTUGUERO, el 15 de abril de 1844 en la que las naves dominicanos hicieron batirse en retirada un bergantín y una goleta haitianas.
Los dominicanos debemos SIEMPRE recordar la Batalla del 30 de Marzo en Santiago, donde las tropas de José María Imbert ayudadas por Los Andulleros de Fernando Valerio obtuvieron una contundente victoria frente a las tropas haitianas comandadas por el General Pierrot.
Luego de la consolidación de nuestra Independencia, nuestro país cuenta con una larga lista de acontecimientos que no debemos NUNCA olvidar y otros que debemos SIEMPRE recordar. 

Por último, los Dominicanos debemos SIEMPRE recordar el sacrificio de nuestros patricios que dieron todo por defender nuestra soberanía, nuestra identidad y nuestra dominicanidad, siendo la inspiración del movimiento independentista, el dominicano de gloria más pura, el excelso Juan Pablo Duarte. 


!!VIVA LA REPUBLICA DOMINICANA!!