Las pretensiones del país del Oeste van mucho más lejos de lo
conseguido hasta ahora. Pero si hay algo que no debemos obviar es que los
poderosos de la Comunidad Internacional, lo han decretado así. Los designios
del Nuevo Orden Mundial y de los procesos de globalización prevén ir llevando
gradualmente a la desaparición de los Estados-Nación y con ello, todo rasgo de
soberanía estatal. Los haitianos saldrán grandemente favorecidos de estos
procesos de integración que se vive en la actualidad, y que son impuestos y
conducidos por las mayores potencias mundiales, las cuales no toman en cuenta
la historia de estos países, las diferencias de cultura, y los antagonismos de
todo tipo, que históricamente, en el caso dominico-haitiano, nos han colocado
en aceras opuestas. La República Dominicana, ha sido el país más hospitalario y
solidario con el malagradecido vecino, dejando a un lado, el largo historial de
ofensas, invasiones, e iniciativas diplomáticas que contra nuestro país ha
emprendido el malhadado. Lo peor de todo es el daño infligido en el plano
internacional, mediante una campaña de falacias en las que han tenido
participación destacada, un grupo de malos dominicanos, mercenarios de la
opinión pública y de los intereses económicos extranjeros en contra de su
propio país. Pero en la conciencia de los ciudadanos del mundo, más temprano
que tarde, habrá luz que esclarecerá la verdad de los hechos. No debemos
claudicar, debemos mantener en alto el firme propósito del legado de nuestro
Patricio Juan Pablo Duarte, quien dijo: "Entre haitianos y dominicanos no
es posible una Fusión"
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