viernes, 6 de mayo de 2016

NEÓFITO VOTANTE

El Gobierno debe mostrarse justo y enérgico... 
o no tendremos Patria, y por consiguiente 
ni libertad ni independencia nacional.
Juan Pablo Duarte

Según  el diccionario de la Real Academia Española de la lengua, dentro de las acepciones que se conocen del vocablo “neófito”,  se establece una definición que refiere que se trata de: “persona adherida recientemente a una causa, o recientemente incorporado a una agrupación o colectividad”. Sobre el término votante no tenemos que hacer gran esfuerzo para llegar a acordar que se trata de aquel que vota, añadiendo que votar es la acción de una persona que da su voto o dice su dictamen en una reunión o cuerpo deliberante o en una elección de personas.
Siendo así, se entiende que el título de estas notas nos refiere la idea de aquella persona que vota por vez primera en un proceso electivo.
Para quienes no conocen a quien esto escribe debo llevar a su conocimiento, que se trata de un militar que acaba de pasar al retiro luego de haber permanecido casi cuatro décadas en las filas militares, por lo tanto votará en unas elecciones nacionales por primera vez en el próximo proceso electoral nacional del presente año 2016; en otras palabras, ejercerá un derecho que a su vez es un deber.  Como derecho, la Constitución de la República de 2010 lo prevé como un Derecho Fundamental y lo cataloga como un Derecho de Ciudadanía, listándolo en el Artículo 22 de la misma. Como deber, lo establece dentro de los Deberes Fundamentales y lo lista en el Artículo 75.
Siento un gran entusiasmo por mi nuevo ejercicio, al que voy junto a, y con las mismas condiciones que todos los nuevos votantes que participarán en el proceso electoral, con la sola diferencia de edad; mi entusiasmo se debe también a que esto me permitirá participar en el gobierno de mi país. Si, así como leen, en el gobierno de mi país, pues debemos saber todos los neófitos votantes, y los que lo ignoran, que la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su Artículo 21 ha establecido que: “Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos…La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente por sufragio universal e igual, y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto”. De ahí que podamos decir que votar es un derecho  de todo ciudadano, y representa el mecanismo básico de la democracia. Entonces lo que vamos a ejercer y cumplir (porque los derechos se ejercen, y los deberes se cumplen) por primera vez, deberá ser de modo responsable, haciendo un análisis concienzudo, pues nuestro sufragio es algo tan trascendental que radica en poner en las manos de unos candidatos que serán quienes organicen y promuevan el bien común, el destino de todo el pueblo. Entonces, de manera sensata y juiciosa deberemos escoger a aquellos que posean las mejores condiciones para llevar las riendas de la Nación.
Aunque un gran porcentaje de los ciudadanos no se sienten motivados a ejercer su derecho al voto por diversas razones, entre las que se encuentran por ejemplo: decepciones sufridas por el pueblo al elegir autoridades para las cuales los ciudadanos no cuentan en el espacio de tiempo que hay entre cada período electoral; falta de cumplimiento de lo prometido en campaña, traicionando así la confianza depositada en ellos por los votantes; porque siempre gana quien tiene más recursos económicos, sin importar la procedencia de estos; y porque son los partidos los que realmente controlan a los representantes y no los electores; entre muchas otras razones, entiendo que en especial, en este proceso electoral resulta sumamente necesario que todo buen dominicano ejerza su derecho y cumpla con su deber de votar para la elección de las autoridades que serán los mandatarios para el próximo período de gobierno.
Es bueno que los neófitos votantes sepamos que el pueblo, mediante el voto, designa a sus mandatarios. Sin embargo la gran mayoría no sabe o no entiende que significa el vocablo “mandatario”. Según el Diccionario de la Real Academia Española entre las acepciones del termino están las siguientes: - Persona que, en virtud del contrato consensual llamado mandato, acepta del mandante representarlo personalmente, o la gestión o desempeño de uno o más negocios. Otra definición es: - Persona que acepta del mandante su representación personal o la gestión de algún negocio.
La primera definición es de carácter jurídico en donde interviene la figura del mandato que no es más que un contrato, pero esto sería tema para otro artículo.
Aquí emerge otro término que también es menester que los neófitos votantes entendamos, es el mandante, que se define como  la persona que en el contrato consensual llamado mandato confía a otra su representación personal o la gestión o desempeño de uno o más negocios, es la persona natural o jurídica que confiere el encargo.
¿Que queremos resaltar? Pues simplemente que en las elecciones para elegir los candidatos que habrán de ser las autoridades en los distintos niveles de elección (presidencial, congresual, y municipal), unas vez electas, significa que han recibido el mandato del pueblo para ejercer sus funciones, por eso se les llama mandatarios, que no indica que son los que mandan. Quien manda es el mandante (el pueblo) que es quien confiere al electo el encargo, a través de su voto, para ejercer el gobierno de la república.
Todo esto viene a cuento porque en mi condición de votante por primera vez quiero ejercer mi derecho constitucional, de manera de estar seguro sobre las personas a las cuales daré mi voto (el mandato), para que guíen al pueblo por el camino del bien común, donde impere la justicia, la paz social, y el progreso para todos los dominicanos sin distinción, sin exclusión y sin privilegios. Para esto debo tener en cuenta que en los tiempos actuales, sobre nuestra patria se ciernen nubes de incertidumbre en cuanto a nuestra Independencia Nacional y nuestra soberanía. Porque se puede claramente advertir que en muchos estamentos de nuestra sociedad existe apatía, temor y hasta cierto desdeño por enarbolar la bandera del patriotismo, la defensa de la soberanía y de nuestra nacionalidad.
Nos hemos olvidado del Juramento de los Trinitarios que cumpliendo con el mismo, implantaron una república libre, soberana e independiente de toda dominación extranjera. Que Duarte afirmó que: “Siendo la Independencia Nacional la fuente y garantía de las libertades patrias, la Ley Suprema del pueblo dominicano es y será siempre su existencia política como Nación libre e independiente de toda dominación, protectorado, intervención e influencia extranjera….”.
Para ejercer mi derecho de votar y ser parte de los mandantes que otorgan a los mandatarios electos la potestad en nuestro país, deberé hacerlo por aquellos que puestos bajo una lupa patriótica no hayan dado muestras de debilidad ante ataques internos y externos a nuestra soberanía, a nuestros derechos como nación libre e independiente y al irrespeto de nuestras fronteras. Y es que nos hemos olvidado que desde la fundación de la república Duarte se refería en los siguientes términos: “Los enemigos de la Patria, por consiguiente nuestros, están todos muy acordes en estas ideas: destruir la Nacionalidad aunque para ello sea preciso aniquilar a la Nación entera”.
Por último, cuando este frente a la urna de votación echaré mi voto consciente de todo esto, y haré una oración para que Dios proteja al pueblo dominicano de los ataques externos y de los traidores del patio.



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