viernes, 28 de marzo de 2014

!!BATALLA DEL 30 DE MARZO!!

BATALLA DEL 30 DE MARZO
(Batalla De Santiago)

En la entrada anterior, en la que nos referíamos a la Batalla del 19 de Marzo, habíamos relatado que el Ejército Haitiano estaba compuesto por 30,000 hombres en tres divisiones.
Pues bien, mientras el General Pedro Santana llevaba a cabo una retirada estratégica y dejaba al General Duvergé en Azua para enfrentar la columna que comandaba el General Soufront; la división del norte, comandada por el General Pierrot, sale de Cabo Haitiano y el día 22 llega a la entrada de Dajabón tomando posesión  de esta población. Se cuenta que un ciudadano inglés de apellido Heneken que a la sazón habitaba en Santiago hacía mucho tiempo, se hallaba en viaje de negocios en Cabo Haitiano, y se enteró de los preparativos de estas tropas el día 13 del mes que transcurría, dejando todo lo que allí se encontraba realizando, y salió de manera disimulada en un bote hacia Santiago, llegando dos días después donde dio la alarma al General Mella, lo que permitió la preparación de la plaza para la Defensa de la misma.

En Escalante el General Salcedo hace frente a las tropas haitianas, retirándose hasta Talanquera, donde de nuevo se enfrasca en batalla para retrasar el avance de los invasores. El propósito no era entablar combate decisivo, así que el General Salcedo obtuvo muchas y muy valiosas informaciones sobre las tropas atacantes que sirvieron ampliamente para la Defensa de Santiago y de esta manera hizo que Pierrot durara 9 días para llegar hasta su objetivo principal.

El 29 de marzo de 1844 hace su entrada a Santiago, por Hato del Yaque, el General Pierrot. Este había dividido sus tropas consistentes en 4,000 hombres en dos columnas, una de las cuales comandaba él personalmente, y la condujo hasta atrincherarse en la margen derecha del Rio Gurabo. Los Generales Matías Ramón Mella, y Pedro Ramón de Mena, quienes eran los delegados del Gobierno Dominicano en el Cibao se encontraban en San José de las Matas en labores de reclutamiento y organización de tropas en la cordillera, pues, según informes obtenidos, el ataque sería por estas montañas.

Al no encontrarse en Santiago los Generales Mella y Mena, y tratando de asegurar una buena defensa, se llamó al General José María Imbert para ser designado Comandante de las Operaciones de Defensa de Santiago, quien presto, se puso de inmediato al servicio de la causa, tomando medidas de atrincheramiento de la ciudad, construcción de fosos de tiradores y muchas otras medidas que garantizaban un buen desempeño de las tropas dominicanas.

El General Imbert se hizo acompañar por un grupo de valiosos oficiales dentro de los cuales se encontraban Ángel Reyes, Dionisio Mieses, Fernando Valerio, Toribio Ramírez, José López, Lorenzo Mieses, algunos de estos, experimentados artilleros. Como jefe de la Línea de vanguardia de la defensa designó el General Imbert a Pedro Eugenio Pelletier, y en la defensa del Fuerte Libertad fue designado Archielle Michell. Este era parte de una triada de Fortalezas llamadas las dos restantes, Fuerte Dios y Fuerte Patria. Los tres fueron preparados con emplazamiento de artillería, sin embargo la entrada de los atacantes fue por lugar contrario a estos, lo que no fue óbice para que tales fuertes tuvieran una participación decisiva en la batalla que se avecinaba.

El ataque se produjo en masa, al mediodía del día 30, siendo recibidas estas tropas por un feroz fuego de artillería emplazada en colinas que permitía a los dominicanos la visión total del campo de batalla. Las trincheras anteriormente construidas resultaron vitales y la infantería y la artillería produjeron una gran matanza en las tropas extranjeras. Fernando Valerio, entonces capitán lanzó su contingente de Andulleros armados de fusiles y contraatacando con cuchillos machetes y puñales.
La defensa ideada por el General Imbert se mantuvo en su posición sin retroceder en ningún momento como resultado de los obstáculos establecidos, tanto naturales como artificiales, lo cual fue determinante. El resultado de este combate fue de 715 bajas de las tropas invasoras contra sólo una baja dominicana. 
El General Pierrot envió emisarios a solicitar una tregua para recoger en el campo de batalla los muertos y heridos de sus tropas, y trató de llegar a un acuerdo con los comandantes dominicanos. Cuando se encontraban en estos aprestos, el Coronel Pelletier mostró al General haitiano una comunicación que en días anteriores se había recibido desde Santo Domingo, la cual daba cuenta de que en Azua, el Presidente haitiano, General Hérard, había resultado muerto en combate. Tal noticia era falsa lo que se constituía en una operación psicológica con el propósito de levantar la moral de las tropas dominicanas y producir temor en las haitianas, pues, recordemos que en el campo de batalla de Azua, quedaron cadáveres de algunos altos oficiales haitianos que lucían uniformes con insignias de generales y oficiales superiores

Esta noticia hizo que Pierrot se preocupara por los incidentes y problemas que pudiera traer el asunto de la transmisión de poder en Haití, por lo que se decidió de inmediato a retirarse de la batalla y dejar todo abandonado, incluyendo a muchos heridos en el campo. En la retirada, siguieron las tropas dominicanas atacando y produciéndole bajas durante todo su trayecto hasta Dajabón.
Grande fue la sorpresa que se llevó Pierrot al llegar a Haití y enterarse que el Presidente haitiano no había muerto y que se encontraba en Azua combatiendo, lo que le trajo serios problemas ya que su retirada fue catalogada como traición.

Así sucedieron los hechos de la gloriosa actuación de los héroes dominicanos en la Batalla del 30 de Marzo (Batalla de Santiago), que al igual que todas las veces que fuimos atacados, con tropas que sobrepasaban por mucho en cantidad, armamento y preparación supieron emplearse a fondo para hacer al enemigo, Morder el Polvo de la Derrota.
Por eso hoy que conmemoramos esta gloriosa gesta, entonemos estas estrofas de nuestro Himno Nacional:

!!Libertad!! que aún se yergue serena
La victoria en su carro triunfal,
Y el clarín de la guerra aún resuena

Pregonando su Gloria Inmortal,

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