Si la cultura es una casa, la
lengua es la llave de la puerta
principal, lo que te permite acceder a todas
las habitaciones.
Sin ella, (...), acabas
desorientado, te conviertes en alguien
sin un hogar, sin una identidad
legítima.
Khaled
Hosseini
Las
naciones, los pueblos, y todo conglomerado humano; poseen una serie de
particularidades específicas que los diferencian e identifican ante otros
asentamientos de personas. Dentro de estas especificidades podemos destacar la
historia, la geografía, la lengua, la gastronomía, religión, las tradiciones, y
costumbres, entre otras más. Todo esto forma la conciencia colectiva de sus
individuos, y es a lo que llamamos identidad.
Esto hace a los miembros de la nación sentirse parte de ella a través de los
lazos de pertenencia, identificándose con su cultura y su historia.
Aún
dentro del indetenible proceso de globalización
que viene experimentando el mundo, en el cual asistimos a un audaz proceso
de interconexión y comunicación, se puede hablar de la existencia de las identidades nacionales. La identidad de las naciones tiende a
dinamizar las fuerzas que interaccionan como resultado de las migraciones, pero
aquella no necesariamente tiene que perderse a pesar de esto. Lo que si
experimenta, son cambios, sin embargo, cambios que tienden a opacar, y hasta a
borrar la cultura de la sociedad receptora, si los gobiernos de los estados no
toman las providencias de lugar.
La
cultura de los dominicanos, en su origen, resultado de la mezcla de usos,
costumbres y creencias aborígenes, españolas, y africanas; ha ido evolucionando,
y con el paso del tiempo hemos venido recibiendo aportes de diferentes orígenes
étnicos, entre los que destacan los estadounidenses con su gran influencia, resultado
de la odiosa ocupación militar de que fuéramos objeto por parte de ese país por
8 años, y que terminara en 1924; y más adelante como producto de la emigración
de dominicanos a Norteamérica, que mantienen fuertes vínculos con el país.
Pero
en la actualidad, la República Dominicana viene pasando por un proceso de
transculturación e importación de modas y costumbres foráneas que van
difuminando nuestra cultura, entremezclándola, no solo con costumbres haitianas
como resultado del proceso inmigratorio, sino también del mismo Estados Unidos ,
España, Italia, Puerto Rico, y de otros más que son destino de los dominicanos
de la diáspora. Pero dentro de este fenómeno de transculturación, la muestra
más importante, y que debe llamar especialmente nuestra atención, es fruto del
proceso inmigratorio haitiano, por el gran volumen del arribo de nacionales del
vecino país, con controles muy precarios, cuando no, ninguno. Ante tales
inclusiones de elementos extraños en nuestra cultura, se deben llevar acciones
protectoras de nuestra identidad cultural.
El
proceso paulatino de sincretismo cultural, artístico, y hasta religioso que
vive la República Dominicana, facilitado por la rampante invasión de nacionales
que son indocumentados, tanto en su propio país, como en República Dominicana,
no lleva a otra cosa que no sea a una fusión, que ha comenzado por lo cultural,
y no muy tardío, ante la magnitud de la población inmigrante, llegaría a la
fusión jurídica.
Ya
no son raras las manifestaciones culturales y religiosas de los haitianos en
los bateyes, plantaciones agrícolas, y construcciones, que es donde mayormente
hacen vida. Al visitar los polos turísticos del país, puede usted observar que
se exhiben pinturas y manufacturas típicas haitianas, cual si fueran obra de dominicanos,
también hemos visto que se ofrecen misas en creole en algunas iglesias
católicas. Todo esto nos hace pensar que vivimos un proceso planificado de
transculturación y sincretismo, con un objetivo que cada día aflora más claro y
perceptible.
Aboquémonos
a fortalecer la identidad del Pueblo Dominicano, lo que implica poner en
resguardo nuestra historia, nuestras costumbres, y todo aquello que entendemos
como propio, y que nos identifica ante los demás países de todo el concierto
internacional. Planteamos la tesis de que en la República Dominicana el Gobierno debe llevar a cabo acciones que
conduzcan al fortalecimiento de la Identidad Nacional, por entender que esto se
hace urgente ante el avance
indetenible de una invasión de
nacionales del país del Oeste,
planificada y ayudada por gran parte de la Comunidad Internacional y ONGs
muy bien pagadas. ¡¡Alerta!!